lunes, 14 de febrero de 2005

Sin palabras


Ante imágenes como esta uno se queda sin palabras. Qué pena que el Paseo esté así todos y cada uno de los domingos, son los efectos de la diversión de algunos energúmenos poco evolucionados. Luego los niños pueden padecer percances cuando en su día libre intentan jugar, y cuando llegan los percances llegan los lamentos y las promesas de solución, mientras tanto por ahí te pudras.
Al final tendré que convencerme de que lo mejor será que, una vez terminado el vallado, el Paseo se cierre en las noches del fin de semana por lo menos. Siempre he tenido mis dudas sobre esa medida pero los continuos ataques vandálicos me están inclinando hacia esa postura.
Estoy harto de oír voces que acusan, a los que demandamos orden, ser de derechas. Qué gran error querer hacer creer que la disciplina es algo retrógrado y reaccionario, qué estupidez más grande, por esa regla de tres la izquierda es anarquista sin lugar a dudas, pues qué bien. A estas alturas de mi vida estoy descubriendo tantos conceptos erróneos que me parece que debo reciclarme con cursos de política.
Pero a lo que vamos, que el Paseo no puede seguir así porque eso no es de recibo a comienzos del siglo XXI, que ya me he cansado de que me vendan la moto del turismo rural cuando no se cuida algo tan visitado los fines de semana, y eso que no lo han metido en la ruta valeriana, menos mal. Ya me he cansado de las palabras, quiero hechos y si no, pues mejor sin palabras.

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