sábado, 18 de febrero de 2006

La puntualidad


Se dice que la puntualidad es un don, yo no estoy de acuerdo con eso, la puntualidad está al alcance de cualquiera, por lo que no se necesita estar dotado para atenderla. En realidad, la puntualidad es una forma de mostrar respeto por la o las personas con las que has quedado citado, es una norma de educación que no sé por qué está cayendo en desuso.
Hace un tiempo me comentaba un amigo que trabaja para la prensa que los políticos tenían la malsana costumbre de convocarlos para una rueda de prensa (ya sabemos que cualquier chorrada es motivo para la consabida rueda de prensa) y llegar con bastante tiempo de retraso a la misma. Eso es lo habitual, me decía, y estamos ya hasta los mismísimos cojones de su falta de escrúpulos con nosotros. Y no nos piden perdón, eso nunca, faltaría más. Por supuesto que le recomendé el plantón colectivo como forma impactante de mostrar su disconformidad, pero claro, luego los de arriba les pueden tirar de las orejas y la pela es la pela.
Yo también he vivido en mis carnes desplantes de impuntualidad por parte de los políticos. Por estar trabajando en el cargo que ahora ocupo me veo obligado a asistir a actos varios convocados por los mandamases y la impuntualidad es la norma. Cuando a los actos son invitados los chavales me parece todavía más aberrante el no empezar cuando estaba previsto, ya que si partimos de que es una norma educativa mal ejemplo se les está dando a los que se están educando.
También comprendo que hay que dar esos minutos llamados de cortesía, que el tráfico hoy día es imprevisible y puede jugar malas pasadas, que la medida del tiempo de espera es tan relativa como el propio tiempo, que también yo puedo caer en la impuntualidad por causas ajenas a mi voluntad. Todo eso está muy bien, pero es que el tema va más allá.
Y que conste que yo sé esperar, sí de algo me sirvió la asquerosa mili que me hicieron cumplir es que aprendí a esperar, esperar el día de volver a mi vida, la que yo decido, la que yo me forjo, no la que me impusieron y me robaron.
Bueno, me voy que llego tarde a echar una siestecita y ese retraso no me lo perdonaría nunca.

miércoles, 15 de febrero de 2006

¿Todo tiene un precio?

Parece ser que esa famosa frase se hace cumplir día tras día, ahora le toca a la fotografía. Si la fotografía es un arte, o al menos una parcela de ella, volvemos a encontrarnos cómo se le pone precio al arte. En ARCO hemos leído el precio de algunas mamarrachadas, lo cual no deja de ser meramente anecdótico ya que está claro que lo que se mueve en esos ambientes es puro negocio, esnobismo e hipocresía, eso sí, entre una "mijita" de arte.
Pues como parece que la fotografía más cara del mundo es la que muestro aquí abajo debéis agradecerme el ahorro de 2,4 millones de €. De nada.

sábado, 11 de febrero de 2006

¡¡Vivan los novios!!

Mañana se casan dos amigos entrañables, dos magníficas personas, dos trabajadores natos, dos profesionales capaces y convencidos de lo que hacen, pero pongo una sola pega: que se trata del jefe y la jefa de estudios del instituto que me digno dirigir. ¡Manda güevos!, es que tengo yo una suerte...
Laura y Paco, os deseo lo mejor en vuestro matrimonio, mañana nos lo vamos a pasar muy bien en vuestra fiesta, servirá para relajarnos, para salirnos de la rutina educativa y echar un día inolvidable.

jueves, 9 de febrero de 2006

Reencuentro

Ayer por la tarde me reencontré con un amigo, pero no que volví a ver a un amigo que hacía tiempo que no veía, ni que me encontré de nuevo con un conocido, no, me reencontré con una persona a la que llevo sintiendo como amigo de verdad casi toda mi vida. Y digo reencontré porque llevábamos un tiempo en el que, por un motivo que no viene al caso exponer, dejamos de forjar nuestra amistad, yo diría que, por supuesto, no fuimos enemigos, pero sí que el proceso amistoso se fracturó con muy mala pinta, pudiendo haber terminado definitivamente si no hubiera sido porque ayer pusimos sobre la mesa "el problema" y llegamos a un entendimiento.
La verdad es que me quedé en la gloria. Sentí un desahogo vital de difícil explicación, no porque me sintiera culpable de nada, porque no se trataba de buscar culpables, sino porque en la vida hay cosas tan importantes que nos deben de unir que no merece la pena sufrir por cosas menores. Cierto es, y a todos nos pasa, que en el momento de los hechos no medimos la importancia verdadera llevados por nuestro ímpetu, nuestra personalidad visceral o por nuestro cabreo, pero cuánto se puede perder si no se actúa a tiempo y se pone tierra de por medio.
El daño que mutuamente nos hemos podido hacer cicatrizará, no ha sido la primera vez que algo así nos sucede, y todo volverá a ser no como antes, será una nueva etapa que espero brille para siempre.

lunes, 6 de febrero de 2006

Por Alá..., y todo por unos dibujos.

Y sigue el tema de las viñetas de Mahoma, ahí hay gato encerrado, lo que se está liando no puede ser sólo por ese tema tan simplón, de fondo tiene que esconderse algo más importante. Por ahora sólo escucho opiniones, supongo que al final seré capaz de sacar mis conclusiones.
Con quien no estoy en absoluto de acuerdo es con ZP, dice que las viñetas son legales, pero política y moralmente reprochables. Pues no señor, alguien que se considera libre no debe de mezclar moral, política, legalidad con religión, eso es un error a no ser que se haga con la boca pequeña. Toda persona con dos dedos de frente no puede pensar que unas simples viñetas, unos dibujos, son moralmente rechazables, simple y llanamente por representar a un profeta de una religión, ¡venga ya!. Los musulmanes radicales (y según parece no tan radicales) son los que tienen el problema moral, además del intelectual, pero claro, el señor presidente del gobierno jamás atacaría ni diría eso de dichos ejemplares ciudadanos, eso sería reprochable políticamente, lo correcto es lo que ha dicho, por muy absurdo que sea.
Esperemos que los del guiñol de canal + no osen hacer ninguna caricatura de Mahoma, sí del rey, del Papa o de Buda, pero no de Mahoma porque ya saben la amenaza que se cierne sobre ellos. Y eso es lo que no se puede consentir, que vivamos bajo la amenaza de estos fanáticos, ¡ya está bien!.
¿Dinamarca o Líbano, cuál prefieres?, por favor, seamos sensatos y no le demos más vuelos a esta gentuza miserable.