jueves, 18 de septiembre de 2008

Mentes dispersas


Aparezco de nuevo por aquí porque no quiero que este pensamiento se quede en el tintero de mi cerebro, no por nada en especial, pero sí por algo que me llama la atención desde hace algún tiempo.

Me refiero a que observo que la gente tiene unos planteamientos de los asuntos verdaderamente dispersos. Empiezan hablando de una cosa, o parten su intervención por un motivo, y terminan hablando de algo totalmente diferente. Y no digamos cuando en las intervenciones se lían la manta a la cabeza y dicen las cosas sin ton ni son, sin los intervalos correspondientes y sin las puntuaciones necesarias. Total, que tu crees que vas a leer algo referente al laicismo, por ejemplo, y te encuentras leyendo que el ecologismo medioambiental es prioritario para los del pueblo de al lado.

Esto sucede mucho en un
foro de mi pueblo del que soy uno de los administradores, y últimamente más. Además, como curiosidad veo que es algo contagioso, puesto que se está cundiendo en personas que antes no tenían la mente tan dispersa. Y es que la mente es algo que está virgen, de lo poco que queda así, ¿pero hubo alguna vez 20.000 vírgenes? como preguntaría Jardiel Poncela, no lo sé, lo que me parece es que de seguir así habrá 20.000 y más mentes dispersas.

Señores, vamos a centrarnos, señoras, céntrense también, vamos a organizarnos que cada día cuesta más trabajo leer y no es sólo por problemas de vista. Y dándole una vuelta de tuerca más a este asunto y ahora que caigo, ¿no tendrán la culpa de esto los políticos? es que, claro, oyendo sus propuestas de campaña y viendo luego sus actuaciones posteriores, se nota tal dispersión que puede ser que se haya contagiado al ciudadano de a pie. Ay los políticos, les preguntas por la crisis y te contestan con el Palacio de Justicia que van a construir. No hay mentes más dispersas que las de los mediocres.