Ahora bien, lo que de verdad estoy deseando es de que sea ya el infrafestival de Eurovisión y se pase un poco lo del chiqui-chiqui, lo malo, y lo sé, es que me queda el verano entero que soportar esa tortura.
Entre la España del cursiprogresismo y la España del chiqui-chiqui no sé con cual quedarme, a priori son dos distintas, pero si las analizas verás que son la misma España de la horterada por bandera, del no tengo complejos porque no soy consciente de lo poco que soy, de la igualdad mal entendida, de la libertad boba, de la rosa con libro tuneado o nada, de la Justicia discapacitada y no por ciega, de los sherif de Coslada y los chorizos de Marbella en la calle...
Perrea, Perrea...
