jueves, 12 de enero de 2006

Ánimo a mis amigos Pepe y Ana

Hechos como los que hoy he conocido me hacen no creer en el sistema judicial que tenemos. Hoy me he enterado que un amigo y su familia no ha terminado de despertar de una pesadilla que ya dura demasiado tiempo. Mis amigos Pepe y Ana no se merecen esto.

Resulta que Pepe, que es un profesional de la docencia como la copa de un pino, fue acusado por dos niñas, que pertenecían a un grupo de teatro que él dirigía, de abusos sexuales, lo cual no era ratificado por el resto de miembros de ese grupo, así como por todos los miembros de todos los grupos que pasaron por su dirección teatral. La misma inocencia era apoyada por sus compañeros de profesión y por las familias que le estarán eternamente agradecidas por su dedicación a los demás.

Pero se produce una injusticia como un templo, porque falló el DVD que debía haber grabado el juicio en el que salió absuelto de todos los cargos, parece ser que se debe repetir el juicio. Menuda mierda, desde el propio acto judicial hasta la asquerosa desinformación que da el Diario Córdoba. Indignante que se trate desde un artículo de prensa de rejuzgar a una persona declarada en sentencia como inocente. Ni se habla de los fundamentos de derecho de la esa sentencia, ni se habla de las multitudinarias muestras de apoyo al profesor (en este caso amigo mío, pero como si no lo fuera), ni de los testimonios a su favor, ni de su versión de los hechos. Nada, a alimentar el morbo y a lapidar al declarado inocente, así se crece como periodista, muy bien al tal o la tal M.R. que firmaba la información, por ese motivo me cago en "to" su casta.

Y encima mintiendo, la última frase hace pensar lo "hijo de puta" que hay que ser para decir que la comunidad educativa de Lucena estaba dividida en el apoyo a Pepe. MENTIRA, en su inmensísima mayoría (los que no, eran las partes denunciantes) mostramos el apoyo total al compañero que durante tanto tiempo había demostrado una profesionalidad y una integridad por encima de lo normal. Familias enteras cuyos hijos han crecido educándose en su afición al teatro y que tanto le deben al profesor-amigo han salido siempre al paso de periodistillos/as como el/la M.R., casi seguro que en esta ocasión también lo harán, y ellos masivamente se prestaron como testigos a su favor. ¿Cuántas al contrario?: NINGUNA.

Y me pregunto para terminar: ¿juzgar a una persona dos veces por el mismo hecho es legal en nuestra democracia?, ¡qué vergüenza de leyes y de sistema judicial!

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