jueves, 9 de febrero de 2006

Reencuentro

Ayer por la tarde me reencontré con un amigo, pero no que volví a ver a un amigo que hacía tiempo que no veía, ni que me encontré de nuevo con un conocido, no, me reencontré con una persona a la que llevo sintiendo como amigo de verdad casi toda mi vida. Y digo reencontré porque llevábamos un tiempo en el que, por un motivo que no viene al caso exponer, dejamos de forjar nuestra amistad, yo diría que, por supuesto, no fuimos enemigos, pero sí que el proceso amistoso se fracturó con muy mala pinta, pudiendo haber terminado definitivamente si no hubiera sido porque ayer pusimos sobre la mesa "el problema" y llegamos a un entendimiento.
La verdad es que me quedé en la gloria. Sentí un desahogo vital de difícil explicación, no porque me sintiera culpable de nada, porque no se trataba de buscar culpables, sino porque en la vida hay cosas tan importantes que nos deben de unir que no merece la pena sufrir por cosas menores. Cierto es, y a todos nos pasa, que en el momento de los hechos no medimos la importancia verdadera llevados por nuestro ímpetu, nuestra personalidad visceral o por nuestro cabreo, pero cuánto se puede perder si no se actúa a tiempo y se pone tierra de por medio.
El daño que mutuamente nos hemos podido hacer cicatrizará, no ha sido la primera vez que algo así nos sucede, y todo volverá a ser no como antes, será una nueva etapa que espero brille para siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues como me alegro de ese reencuentro. Hay amigos que no se pueden perder y que no los puedes sustituir por otros nuevos, simplemente hay sitio para todos. Enhorabuena y cuidad los dos de esa amistad.

Unknown dijo...

Gracias, te haré caso.