sábado, 22 de enero de 2005

Un sábado más

Tal y como tengo el panorama familiar es lógico pensar que el sábado es un día de aúpa. Tiemblo pensar que llega este fatídico día, sobre todo porque detrás viene el domingo y eso significa más de lo mismo: niños, niños y más niños, ¡una bendición!.
Seré de los pocos que estén deseando que llegue el lunes, aunque tenga reunión interminable por la tarde y mucho trabajo pendiente. Pero al menos me libro de la presión, me adentro en otra, es cierto, pero distinta y más controlable.
Qué corto se me hace el día, tantas cosas en la cabeza por llevar a cabo y tanto aparcado para mejor ocasión. La memoria que me flaquea a veces es síntoma de que no debo dejar nada para luego, lo que tenga que hacer hay que hacerlo ya, hay que vivir el momento, practicar las palabras mágicas de esa inolvidable película de "el club de los poetas muertos", carpe diem, y que salga el sol por Antequera.



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