lunes, 4 de junio de 2007

Los cobardes anónimos


La campaña electoral de Cabra estuvo sembrada de malas artes, la mayor fue el reparto de anónimos por muchos sitios en los que se insultaba a miembros de la lista del PSOE. Este hecho fue denunciado y la policía se puso a trabajar sobre el tema. Al día de hoy, cuando todo está decidido por el pueblo soberano se sigue sin saber quién o quiénes fueron los autores de los cobardes anónimos. Sólo espero que aunque tarde se dé con estos malnacidos y que la justicia los condene por sus deplorables actuaciones. Me dará igual de qué signo político sean los culpables, se sospecha en la calle de uno concreto, pero nada seguro aún, lo que sí que me gustaría que pasara es que la gente tomara nota de quienes son estos descerebrados y a qué partido pertenecen, para que dentro de poco lo castiguen en las urnas y les dé su merecido al margen de la Justicia.

Siempre me han repugnado los anónimos, no entiendo que en democracia haya que andar asustado tras un apodo, bueno asustado o cobijado, porque en libertad se puede expresar todo, lo único que se pide es respeto a los derechos de los demás. Y todo esto de hablar anónimamente de la vida privada de candidatos políticos me da que no es más que el chismorreo a gran escala, como ese que desafortunadamente tanto prolifera en nuestras televisiones, pero a nivel de pueblo y con pretensiones económicas o réditos diferentes a los televisivos.

En el mundo de la comunicación y de la imagen con las nuevas tecnologías que vivimos es difícil tirar la piedra y esconder la mano, mejor dicho, no es difícil aunque corres el gran riesgo que te terminen pillando. Cámaras de seguridad, fotos desde el móvil, grabaciones de vídeos con móviles, cámaras de fotos digitales, pequeñas cámaras de vídeo, webcam y sobre todo, gente con insomnio y ojo avizor. Señor anónimo, cada día lo tiene más difícil, espero que lo cojan y que sirva de escarmiento para tanto patán, cobarde y miserable que hay suelto.

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